
Llegaba el equipo después de la victoria épica cosechada en Irún a Berio. Un rival potente en frente como es el Lagun Onak C.D. de Azpeitia. Desde el 1-4-2-3-1 en bloque medio que propuso el conjunto azpeitiarra, la idea fue cortocircuitar todo nuestro juego interior. Ellas, siendo un equipo muy compacto y ordenado en el momento sin balón se sintieron más que cómodas desde esa propuesta reactiva, buscando forzar un error celeste para poder transitar al contraataque. El equipo celeste no pudo implantar el ritmo de juego que les hubiese gustado. Esos último 10 minutos de la primera parte fueron los mejores minutos para las nuestras, cuidando mucho el balón y teniendo paciencia por progresar.
Llegábamos al descanso 0-0 teniendo la sensación de que teníamos que encontrar el equilibrio entre tener algo más de paciencia a la hora de progresar, pero más ritmo en la circulación de balón para poder desestructurar el bloque rival. En el minuto 5 de la segunda parte llegó el 0-1 de rechace tras una falta lateral. A partir de ahí, el equipo antiguotarra no supo identificar qué tipo de partido les convenía. A raíz de ello, se precipitaron más de la cuenta con balón y no mostraron esa entereza que en otras ocasiones sí lo han hecho para saber reponernos a situaciones adversas. Tuvo el equipo mucha posesión, pero sin generar grandes ocasiones, más allá de una muy clara en el minuto 85 que se falló a puerta vacía tras una gran jugada individual de Yarza.
Derrota que nos tiene que servir de aprendizaje y que forma parte del proceso y del camino. Pena por no haber vuelto a la senda de la victoria en casa y rabia por no haber jugado y gestionado del todo bien la desventaja en el marcador. Jugamos con prisas, y ya sabemos que no son buenas consejeras. Desde ya pensando en preparar el último partido antes del parón de Semana Santa. Entrenar lo mejor posible dos días e ir con la mayor de las ilusiones al bonito derbi que se nos viene.